Hay algo que tiene que quedar claro: en las profundidades, el espacio es un lujo.
Es por eso que el jugador tiene lo justo y necesario para sólo estar parado, con una angosta ventana para ver hacia adelante.

En frente, hay un panel de control, donde tiene todo lo necesario para la navegación.

No sólo eso, sino que hay que aprovechar cada centímetro disponible.
La interfaz usada para planificar la navegación comparte el mismo espacio que los cajones de mantenimiento - incomodando aún más al usuario.

Todo esto destaca las dimensiones limitadas del submarino, aumentando la sensación de claustrofobia que busco lograr como aspecto fundamental de la experiencia.